Crisis política comienza a golpear a Ollanta Humala
La luna de miel de la población con el presidente Ollanta Humala parece caer de a pocos en la historia y tras la crisis política generada por la fallida operación Libertad, enKiteni, los errores políticos del gobierno comienzan a golpear directamente al mandatario, y a costarle varios puntos en la aceptación de su gestión.
Y aunque Humala Tasso quiera demostrar lo contrario y que su relación con la gente continúa intacta al darse un imprevisto "baño de pueblo" en los exteriores de Palacio de Gobierno ayer, luego de encabezar el tradicional cambio de guardia, analistas consultados por este diario como Aldo Panfichi y Rubén Vargas advierten que se hace evidente un cuestionamiento directo a las capacidades del jefe de Estado.
Panfichi comenta que si bien hasta hace algunos meses "la gran prueba" del régimen nacionalista parecía ser el caso Conga, eso ha cambiado. Incluso, advierte que la "inoperancia" del gobierno en cuanto al tema de la seguridad interna termina boicoteando los logros que se pueda tener en cuanto al tema de la inclusión social.
"La gran prueba parecía Conga, pero terminó siendo el tema de seguridad. El desafío viene a ser esto. No sé si el gobierno tiene la suficiente sofistificación para darse cuenta de este cambio de foco. La gente se ha sentido tocada por varias cosas luego de lo ocurrido en Kiteni, por la corrupción, por la desidia, pero también por el heroísmo de algunos oficiales o policías", explica el sociólogo.
Panfichi agrega que después de la crisis en los sectores Defensa e Interior, se han abierto nuevos escenarios por los cuales la población evaluará la gestión del presidente Ollanta Humala.
"Los hechos de Kiteni y su lamentable desenlace tocaron las fibras emocionales y personales de la sociedad peruana a un nivel que nunca habíamos previsto, porque toca el tema de la familia, el de la ausencia de Estado; de la inoperancia en los oficiales de mayor responsabilidad y de los mismos políticos que quisieron aprovechar la situación con el comunicado desafortunado del Ministerio del Interior", comenta.
Esta realidad, a decir de Panfichi, pone al régimen en una situación en la que tiene que responder inmediata y eficazmente a las demandas del tema de seguridad interna.
"El gobierno debería comprender la complejidad y responder de una manera integral, porque el pueblo va a evaluar al presidente de la República de acuerdo con los resultados que se obtengan o de acuerdo a los que no se obtengan", finaliza.
Aún más duro que Panfichi, Rubén Vargas -especialista de Inforegión- considera que el presidente Humala "debe darse por bien servido con un 50% de aprobación", pues la situación generada tras la criticada operación Libertad es tan grave que podría haberle costado muchos puntos más en la aceptación de su gestión.
"El foco de la opinión pública se ha puesto en el tema de seguridad interna porque los hechos vinculados al sector Interior y Defensa están poniendo en tela de juicio la capacidad de los ministros y más aún la capacidad de reacción del propio Humala. Esto ya tiene que ver con un cuestionamiento directo a la capacidad del presidente", advierte.
Vargas añade que en el manejo de la seguridad ciudadana, la Policía ha sido largamente rebasada por el problema a pesar de que el jefe de Estado es quien encabeza el Consejo de Seguridad Nacional".
El analista considera que la seguridad interna "hace agua" porque hasta ahora no se ha tenido el criterio adecuado a la hora de seleccionar a los ministros de Defensa e Interior y a los altos oficiales encargados de planificar las estrategias.
"Mientras el presidente siga eligiendo como ministros a amigos de su asesor (Adrián Villafuerte), la situación va a ser peor", concluye.
En una aparente respuesta a las adversas cifras de las encuestas, Humala encabezó ayer la ceremonia de cambio de guardia junto a su esposa Nadine Heredia y sus pequeños hijos. Luego, salió de Palacio y saludó a las personas apostadas en la Plaza Mayor para ver la ceremonia.
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