El descontento al interior de Gana Perú no ha desaparecido


Incómodos. Legisladores Jorge Rimarachín, Jaime Valencia y Verónica Mendoza cuando visitaron al dirigente Wilfredo Saavedra, detenido arbitrariamente en diciembre. Ellos estarían en el sector de los descontentos con la actuación del premier Óscar Valdés.
Por Óscar Miranda
 Es jueves por la mañana y Rosa Mavila no parece enojada por la tremenda cuadrada que le metió Daniel Abugattás en la víspera. El presidente del Congreso la trató de “inmadura política” y dijo que si Mavila quería irse tenía las puertas abiertas. “Pero me llamó anoche”, cuenta la legisladora, “a decirme que reconocía que había errores en la bancada que se iban a corregir. Y que al presidente lo tergiversaron (en la entrevista con la agencia Efe) y que la alianza continúa”. Mavila reitera que no es que se quiera ir de la bancada. Lo que pasa es que no está acostumbrada a ser tratada como si fuera un “soldado de cuartel”.
Con sus declaraciones de mitad de semana, señalando que un grupo de parlamentarios de Gana Perú exploraba la posibilidad de formar su propia bancada, la ex jefa del INPE puso de manifiesto el malestar que existe en un sector del oficialismo por el viraje de Ollanta Humala y, sobre todo, por el desempeño del premier Óscar Valdés, de modales autoritarios y pensamiento más cercano al fujimorismo que al nacionalista. “El señor Valdés no representa a Gana Perú, parece más un fujimorista”, dice un congresista que pide mantener su identidad en reserva.
Javier Diez Canseco, en teoría el líder de los descontentos, dice que las declaraciones de Valdés sobre la Comisión de la Verdad –diciendo que hubo “mucha teatralización” en los testimonios recogidos–, sobre “la inviabilidad de la Gran Transformación” y su admiración declarada por el régimen fujimorista han provocado que un sector de Gana Perú marque distancia de sus posiciones.
Junto con ello, el hecho de que Ollanta Humala les dijera que el Partido Nacionalista postularía solo en las elecciones del 2014 y el 2016 los ha llevado a pensar en articular un proyecto político propio y a constituir en el Congreso “no una bancada sino una corriente, una tendencia” con ideas propias.
“Yo le pregunto a mi amiga Marisol Espinoza”, dice Rosa Mavila, “y a varios de mis colegas si avalan las declaraciones del señor Valdés sobre la CVR. Yo les pregunto si coinciden con él en que el único punto criticable del fujimorismo fue el golpe del 5 de abril. Estas ideas profujimoristas no fueron parte del proyecto político de Gana Perú”.
La ley del hielo
El miércoles 18, Ollanta Humala convocó a su bancada a una reunión con el gabinete en Palacio. Cuando el congresista Jorge Rimarachín llegó, su colega Fredy Otárola lo atajó y le dijo que el presidente no lo quería allí. Según otra versión, habría sido el propio Humala quien le dijo que se fuese. Rimarachín es dirigente nacionalista en Cajamarca y ha sido un duro crítico del premier Valdés por la forma en que ha manejado el conflicto de Conga, lo que, según allegados suyos, lo ha puesto al borde de la expulsión.
La hostilidad hacia Rimarachín es la respuesta que Humala suele dar a los legisladores que se alejan de la posición oficial que él dicta, según fuentes consultadas por esta revista. A otro parlamentario que no teme opinar con ideas propias le ha quitado el habla y cuando lo ve lo ‘puentea’ a la hora de los saludos. Las fuentes señalan que Abugattás le ha copiado las maneras militares y no duda en gritonear a los congresistas que no hacen caso de sus disposiciones.
“Los que tienen una posición distinta son tratados de traidores en la bancada”, dice un legislador invitado. “Aquí se ha confundido la lealtad con la obsecuencia”.
En la reunión en Palacio, algunos congresistas se quejaron de que el Ejecutivo no haya nombrado nuevos gobernadores y que mantuviera en esos puestos a los apristas. Según tres fuentes distintas, Humala respondió enojado que él nunca se metió en las contrataciones de asesores parlamentarios y que, por tanto, ellos no tenían por qué meterse en sus nombramientos. “El presidente tiene un carácter difícil”, dice una fuente.
Hasta hace unos días, uno de los primeros en la lista negra de Humala era Diez Canseco. Es vóx populi en Gana Perú que la orden de que no presidiera la comisión que investiga a Alan García vino del mandatario. Sin embargo, según una versión que no pudo ser confirmada, Humala se habría reunido con el parlamentario en Palacio, habría hecho las paces con él y hasta le habría ofrecido presidir una comisión en el corto plazo.
Órdenes son órdenes
El manejo poco democrático de las relaciones con la bancada pesa tanto como la derechización del gobierno en el malestar de los parlamentarios. “Se toman decisiones sin consultarnos. El Ejecutivo nos manda los proyectos a última hora y no tenemos tiempo para estudiarlos, y el Ejecutivo quiere que los aprobemos a rajatabla”, dice un legislador del sur del país, uno de los que se voceó que se iría. “Como nos llegan a última hora, muchos nos abstenemos, y cuando lo hacemos nos tachan de izquierdistas, de extremistas, que no queremos apoyar al gobierno. ¡Pero si no somos borregos!”, se queja.
Eso fue lo que ocurrió en la reciente votación del proyecto de ley para fortalecer a la Sunat. Los congresistas consultados señalan que el proyecto les llegó a sus escaños poco antes del debate, con lo cual apenas pudieron analizarlo. Sin embargo, Otárola y Espinoza les dijeron que había que votar a favor porque era una propuesta del Ejecutivo. Varios oficialistas decidieron abstenerse.
“Los proyectos llegan al escaño, sobre el caballo lees y escuchas al presidente de la comisión hacer un resumen y al coordinador de bancada que orienta tu voto. ¿Qué pasa si no estás de acuerdo? Yo algunas veces he preferido irme al baño”, dice otro congresista.
A los oficialistas también les irrita no recibir la agenda del Pleno con tiempo en sus despachos o recibirla sin los proyectos de ley que se debatirán. Dicen que recién hace dos semanas que se han institucionalizado las reuniones de bancada, los lunes por la tarde –hasta entonces eran intermitentes–, y se ha elaborado un borrador de reglamento interno que está pendiente de discusión.
Cuestión de lealtades
“El resultado del peritaje de Conga, en marzo, será un punto de quiebre en el Congreso”, dice una fuente de Gana Perú que no promueve la formación de la nueva bancada pero que ve esa posibilidad con buenos ojos. “Tengo la impresión de que el gobierno quiere sacar Conga a como dé lugar, la gente de Cajamarca se va a levantar y va a haber una fuerte represión”, agrega. Según esta fuente, no menos de 10 legisladores podrían dejar entonces las filas del oficialismo.
En sus declaraciones, ni Diez Canseco ni Mavila han dado nombres sobre los que, eventualmente, se irían, pero los trascendidos incluyen en esa lista a los congresistas, invitados y nacionalistas, que vienen de experiencias de izquierda. Se habla de Claudia Coari, Hernando de la Torre, Cristóbal Llatas, Rubén Coa, Emiliano Apaza y Jorge Rimarachín. Todos ellos, excepto Rimarachín, declararon el martes que no pensaban irse, pero no negaron que exista descontento. Las fuentes también incluyen en la lista a Verónica Mendoza y a Jaime Valencia.
“Hay congresistas, incluso nacionalistas, que están descontentos pero que dicen ‘si yo me diferencio, pierdo apoyo para los proyectos de mi región’”, dice un parlamentario. También pesa la amistad: Verónica Mendoza estaría incómoda con la presencia de Valdés pero es, a la vez, íntima de Nadine Heredia. Otras fuentes mencionan el caso de Coari, quien fue invitada por Nadine a postular y que ahora siente que le debe lealtad.
“En las últimas semanas, Nadine ha estado llamando a los disidentes a decirles ‘o estás conmigo o contra mí’”, señala una fuente. Abugattás estaría tratando de recuperar su confianza. Han llegado a advertirles que no se vayan con Diez Canseco. “No te dejes manipular”, les dicen. El malestar está. Pero, por ahora, no es suficiente para partir.

Los ciudadanos viajan

Mientras los izquierdistas del Congreso meditan su alejamiento del oficialismo, los miembros de Ciudadanos por el Cambio, el colectivo que reúne a los ex altos funcionarios del gabinete Lerner, iniciaron esta semana una serie de encuentros macrorregionales de cara a su objetivo de constituirse en un movimiento político organizado. Hoy Sinesio López, Carlos Tapia y Rosa Mavila estarán en Chiclayo, la próxima semana en Huancayo y luego en Arequipa. Estos eventos culminarán en un encuentro nacional en Lima, el 1º y 2 de marzo, en el que esperan reunir a mil delegados. Quieren hacerse fuertes.

Un premier ‘fujimoristón’

Óscar Valdés podría haber calzado perfectamente como premier en el régimen fujimorista. No solo por sus recientes críticas a la CVR y por su declarada admiración por el pragmatismo fujimorista. También por ser el responsable de las detenciones arbitrarias del dirigente Wilfredo Saavedra y de la activista Irma Pflucker, ocurrida hace unos días. Y por la defensa que hizo de él Keiko Fujimori cuando fue nombrado.